lunes, 24 de marzo de 2014

Nacionalismo indulgente

[ni siquiera aquí todo es banalidad, sabrán disculpar lectores]

Los hechos son conocidos y atroces; Auschwitz y Nürmberg no serán nunca más meras designaciones geográficas. Los hijos de la generación que soportó las dos grandes guerras y las muchas purgas y revoluciones sintetizaron el holocausto de forma equívoca como "lo que la nación alemana le hizo al pueblo judío". Sólo décadas más tarde se sopesaron títulos y responsabilidades y fue concebible que se trató de "lo que los nazis, asociados a diversos grupos económicos y políticos,  hicieron a una parte esencial de la nación alemana, judíos los más,  pero también gitanos, homosexuales, disidentes políticos e intelectuales".

En nuestras orillas, mucho más dispuestas a la indulgencia y el olvido, aunque no al perdón, la primera síntesis de la última dictadura se formuló como "lo que los militares le hicieron a la nación argentina" - contando allí no sólo torturas, secuestros y desapariciones, sino también Malvinas y el crecimiento geométrico de la deuda externa. Sólo décadas más tarde estamos comenzando a asumir responsabilidades y nos es concebible que se trató de "lo que los militares, asociados a diversos grupos económicos y políticos,  hicieron a una parte esencial de la nación argentina, militantes políticos los más,  pero también empresarios poco afines, judíos, homosexuales, estudiantes e intelectuales". Jamás se nos ocurriría decir "lo que la nación argentina hizo a algunos de sus integrantes". 

No sé qué síntesis será mejor. Pienso más bien que acaso sea mejor obviar las síntesis y conmemorar los hechos en su compleja trama.

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